La psicóloga especialista en deporte y salud, que trabajó con el joven tenista en su niñez, asegura que «tiene todos los ingredientes psicológicos a su favor porque no tiene extremos»
¿Ha practicado alguna vez deporte?
Siempre me ha gustado el deporte y en mi familia siempre ha estado muy presente. Uno de mis primos es Pascual Saorín, exjugador de voleibol y seleccionador nacional. Me ha gustado siempre el deporte al aire libre, en la naturaleza, y la música, porque siempre me ha gustado mucho bailar, como la danza del vientre.
¿Cómo acabó siendo psicóloga y especializándose en el deporte?
Si te digo la verdad, mi pasión siempre ha sido el periodismo y la comunicación. Cuando estudiaba en el instituto, tenía la ilusión de hacer algo relacionado con el periodismo. La psicología también me gustaba y la capacidad que nos da esta profesión de poder conectar con gente. Me encanta el aspecto social del periodismo y la psicología, que te da la oportunidad de conocer un poco más a personas. Siempre me ha gustado esa parte del deporte que no se ve, qué pasa antes de jugar un partido y una competición, que todo tiene que ver con la cabeza.
¿Los deportistas realmente creen que necesitan psicólogo?
Se puede ayudar mucho y los deportistas lo demandan, son conscientes de la necesidad. Desde fuera se pregunta la gente qué hace un psicólogo en el deporte, pero es el deportista es quien lo demanda por la necesidad de trabajar esos factores que influyen siempre en su rendimiento. Al final son personas que son hijos, padres, hermanos, amigos, es indisociable, no podemos separar el ser humano del deportista. ¿Quién ayuda a manejar eso? Y ahí es donde aparece la figura del psicólogo deportivo. En todos los trabajos tienes objetivos y presión, pero el deportista que se dedica a la alta competición, tiene una exigencia continua, tiene que rendir al cien por cien todos los días de su vida. En mi afán de hacer más fácil la vida a los demás, me encanta este trabajo. La psicología me da la oportunidad de conocer tantas experiencias y sorprenderme del ser humano, es maravilloso.
Hace 20 años era noticia que un club de fútbol incorporara un psicólogo. ¿Se ha normalizado o aún falta?
Incluso fuera del deporte falta normalización. Afortunadamente cada vez menos, no sé si es porque trabajo desde el área de la psicología positiva y coaching. Yo incido más en nuestro potencial y el aspecto positivo del ser humano. Todos tenemos esa fortaleza, solo que a veces no sabemos encontrarla. Por esa rama veo menos estigmatización. Y en el deporte, el boom de las redes sociales permite llegar a más sitios y difusión. Se me viene a la cabeza cuando Luis Enrique dijo que él iba con su psicólogo donde iba, y eso ayudó mucho por decirlo una persona de esa relevancia. Eso, trasladarlo a equipos de aquí, es más complicado. Aún falta entender que un psicólogo forma parte del equipo técnico, que no es alguien externo. A nosotros lo primero que nos dicen es que tenemos que tener el chándal.
Pero hay muchos entrenadores que se quieren meter a psicólogos.
Y los padres también. Los entrenadores tienen los conocimientos técnicos y tácticos, y lideran porque son las primeras referencias. En el deporte infantil pasan a ser las figuras de referencia de valores y conducta, pero es importante que ellos dejen trabajar al especialista para comprobar cómo son capaces ellos de influenciar y liderar un equipo. Una de las funciones del psicólogo deportivo es entrenar a los entrenadores porque es la fuente directa que tienen los deportistas de aprendizaje. Cómo es capaz de conectar el entrenador con los jugadores es fundamental para conseguir el rendimiento deportivo. Eso también se puede entrenar y para eso está la figura del psicólogo deportivo.
¿Pero los entrenadores se dejan asesorar?
Es complicado. He tenido experiencias de todo tipo. También hay que diferenciar entre deportes. Creo que queda un poquito más de conocimiento sobre los roles que desempeña cada uno. Los entrenadores entienden que son la figura para todo, pero yo no me voy a meter en cómo entrenas el saque, pero sí en cómo transmites el saque y cómo entender qué necesita el deportista, pero suelen ser un poco reticentes porque su primera idea es que es exclusivamente para los deportistas. En cualquier caso se ha avanzado mucho. Es un trabajo multidisciplinar y nosotros trabajamos en esa unión y consonancia porque el objetivo es que el deportista disfrute.
Vayamos a las bases. ¿Es bueno empezar a trabajar con los deportistas cuando son niños aún?
Sí. Igual que se trabaja con los niños desde pequeños para enseñarles a prepararse para la vida, en el deporte también es fundamental, pero no tenemos que olvidar que están para divertirse. La mayoría de mi trabajo también es directamente con los papás para recordarles que la función debe ser lúdica y que ante todo son niños.
¿Hay que recordarle eso a los padres?
Sí, muchísimo. Cuando empiezan a destacar, empiezan a entender que el disfrute no tienen nada que ver con la competición. El otro día Rafa Nadal decía que el consejo que le podía dar a un niño es que se divierta toda su vida porque eso no está reñido con la competición. Dar el cien por cien no está reñido con divertirse. Es importante trabajar con ellos desde pequeños porque les enseñas a los padres y a los entrenadores su función, pero también ellos aprenden qué es ganar y qué es perder, qué significa una emoción, empiezan a trabajar lo que va a ser el concepto que después les va a llevar a seguir o no. Es importante que aprendan de una manera sana psicológicamente hablando para que no tengan las frustraciones cuando aparece la derrota.
¿Ha visto a padres arruinar la carrera de sus hijos?
Arruinar no sé, pero influir negativamente, sí. Hay niños que no quieren que sus padres los vean entrenar o jugar porque supone una presión añadida inconscientemente. A veces los padres proyectamos sueños o retos personales, pero los niños tienen que vivir sus propias metas. En casa muchas veces gira todo en torno a la vida del niño deportista, se cambia la vida. ¿Tú crees que eso no lo vive un niño como una carga impresionante? Hay muchos niños que vienen diciéndome que no quieren seguir jugando a edades como los 15 años. No es bueno que se hable tanto de eso en casa porque hay niños más sensibles que otros.
¿Llegó a trabajar con Carlos Alcaraz?
Sí, empecé con él desde que era pequeñito. Aún tengo sus dibujos y sus escritos y él tenía claro desde el primer momento que quería ser tenista profesional. Lo escribía tal cual.
Es que siempre ha tenido algo especial.
Así es. Al principio lo veía en grupo y después de forma individual. No ha cambiado, solo físicamente, porque una de las cosas buenas que tiene a nivel psicológico es que tiene las ideas claras a nivel de objetivos. Además, tiene mucho equilibrio emocional y muy mindfulness, de atención plena, aprovechando al máximo todo lo que hace en ese momento. Él es capaz de no pensar dentro de la pista, que es algo fundamental, y gestionar muy bien sus emociones, y sobre todo tiene una capacidad de entender que esto es un sacrificio constante. Tiene una motivación bestial, intrínseca, que es lo difícil, de superación, pero desde que era niño ha tenido muy claro que no hay otro secreto que el trabajo. Es capaz de dejar fuera todo cuando entra a la pista. Muy pocos niños son capaces de eso. Es un chico que aprovecha al máximo todo, tiene esa capacidad.
¿Lo ve como un deportista top a nivel psicológico?
Psicológicamente tiene todos los ingredientes a su favor. Tiene una fortaleza mental para la edad que tiene ahora mismo que es complicada de encontrar. Es muy equilibrado. Es un chico que no tiene picos, sin extremos, algo que es muy bueno para la victoria y para la derrota, porque ni una cosa ni otra le duran excesivamente. No rumia, no se queda anclado ni en el error, que es importante cuando estás jugando. Tiene autocontrol, automotivación y la ambición de comerse el mundo; es el cóctel perfecto. Él mostraba un gran convencimiento cuando decía que quería ser tenista y eso es lo que le hace diferente. Tiene confianza en él y se lo cree.
¿Qué deportista es un ejemplo psicológicamente?
Rafa Nadal. Soy muy fan de él por todo lo que ha demostrado. Te puedo decir también a Pau Gasol y a Marc Márquez, por ejemplo, al que la gente le puede llamar loco, pero tiene esa decisión y esa ambición de superarse pese a haber conseguido mucho. Y Nadal ha sabido gestionar esos momentos malos que ha vivido en su vida, además de la resistencia mental en un partido. Siempre juega a la misma intensidad, ya sea al principio de un partido como cuando lleva dos horas.
¿Le puede perjudicar a Carlos Alcaraz que todo el mundo lo compare con Nadal?
Él, afortunadamente, tiene una madurez tremenda…
Pero acuérdese del caso de Carlos Boluda.
Es el ejemplo de cómo se puede romper un juguete. Pero lo importante en Carlos es que tiene un buen equipo y lleva la vida de un chico de 17 años. Eso es lo que hace que no tenga siempre la espada de Damocles. Le están permitiendo que, a pesar de ser un profesional, no pierda lo que tiene que vivir en cada etapa de la vida. Él está siendo un adolescente, sigue haciendo su vida, y del resto de las cosas está aislado. Él siempre ha declarado que es él y quiere ser él. De hecho, lo está consiguiendo porque tiene una identidad propia y tiene la madurez para que eso no se convierta en un obstáculo. Nadal es su referente, pero para coger lo bueno, que es esforzarse las 24 horas del día y escoger lo que hay que hacer.
Hablando de modelos, abordemos el caso de Maradona. ¿Cómo entiende que se idolatre a un deportista que no fue un ejemplo fuera del campo?
La cuestión es saber diferenciar. Hay personas que se convierten en referentes y que tienen que asumir cierta responsabilidad. Hoy en día existe esa globalización y esos deportistas tienen una responsabilidad social. A mí me resulta muy difícil separar al personaje de la persona, para mí es un todo, pero me pasa en el deportista y en cualquier otra figura importante, como el Rey. ¿Quién es capaz ahora de ver al Rey de la misma manera que antes cuando sabemos lo que hay detrás de él? Seas más monárquico o menos, todo eso impacta. Cuando tenemos una visión de esa persona con esa calidad humana, indiscutiblemente nos va a afectar al concepto que tenemos de él como deportista. Y esas personas que tienen esa responsabilidad con los niños, que son ejemplo y modelo, tienen que cuidar muchos más aspectos importantes porque son mensajes muy potentes a la sociedad, como es el maltrato de la mujer o el abuso de sustancias.
Al final se convierten en juguetes rotos.
Por supuesto. Muchas de esas conductas son para suplir muchas carencias en su vida. A lo mejor en el fondo son personas débiles aunque proyecten esa imagen de poder. También tienen muchas carencias afectivas. Empezar a consumir y caer es muy fácil, lo difícil es salir, pero no podemos justificarlo. No se tiene que dar como ejemplo, porque no puedes dar un mensaje a un chico que empieza a jugar al fútbol que para triunfar tienes que tener una vida de locura máxima y excesos. El trabajo y el éxito se consigue con esfuerzo y sacrificio. Está claro el talento que tenía de Maradona, pero su comportamiento es indisociable.
Enlace a la entrevista: https://www.laopiniondemurcia.es/deportes/2020/12/14/alcaraz-le-afecta-le-comparen-33991482.html